martes, 23 de octubre de 2012

Aquellos maravillosos años

He visto tantas películas que recuerdo perfectamente mi infancia en la granja familiar de Ohio, jugando al escondite con mi primo Eddy en medio de una gran plantación de maiz y con mi hermana mayor siendo cortejada por el capitán del equipo de football del instituto. Pero lo que más me gustaba era ir con mi padre al pueblo en la vieja camioneta junto a mi perro Barky y quedarnos embobados en el escaparate de la pastelería de la señora Mumford.

2 comentarios:

LaGrand dijo...

Yo recuerdo mi infancia en un bajo de Madrid, mirando por un agujero de la puerta a las tetas de mi vecina que se acostaba con un viajante de vinos. Luego me iba al colegio donde un cura malvado me pegaba collejas, mientras me enamoraba de una amiga de mi hermana que también me enseñaba las tetas en las fiestas del pueblo en las que se toreaba una vaquilla. Yo es que sólo veía cine español...

gonzalomelero dijo...

Jajaja. De todos modos, siempre hay un nexo común. Tanto las tetas de la amiga de la hermana como los pasteles de la señora Mumford acababan siempre en la boca de otro.