viernes, 20 de enero de 2012

Apología del cinismo

El capitán del Costa Concordia resbaló y se cayó dentro de un bote salvavidas que le alejó del barco sin que él pudiera evitarlo. Pepe pasaba por allí y, sin ningún ánimo de querer lastimar a un apreciado compañero de profesión, pisó con sus tacos de aluminio la mano de Messi.

Yo, intentando hacer una fabada con todo mi amor culinario, le tiré un tarro de alubias a una anciana desde mi balcón y le abrí la cabeza. Hasta los maoríes saben que yo no pretendía hacer una fabada, por mucho que yo les intente convencer de ello. Si esto fuese Twitter pondría aquí un #nosomosgilipollas.

1 comentario:

Magisma52 dijo...

Ahí l' has dao!