lunes, 19 de enero de 2009

Odio los lunes

Creo que ya os he hablado alguna vez de una que hay en mi oficina, en el departamento de al lado, que entra por las mañanas al trabajo y todos (absolutamente todos) nos enteramos de todo lo que le pasa a ella y a todos los vecinos y familiares en 500 km. a la redonda. Se ve que en su casa no le dejan hablar, porque si no sería imposible soltar todo lo que suelta aquí. Además tiene una de esas voces de timbre tremendamente forzado, de esas que estás esperando a ver en qué momento escupe las cuerdas vocales por la boca. Desde luego, no es lo más recomendable para un lunes por la mañana. Guapa, lo que se dice guapa, tampoco es. Vamos, que por ser justos diría que es más bien fea. Muy fea. Hace gala también de un acento muy madrileño, de esos “de aquí, de Vallecajjj de toda la vida, corazón” trufado de tacos, a razón de uno o dos por frase. Así que lo tiene todo, la chica (chica por ser benévolo, porque si no tiene ya 40, los aparenta, que es peor).

Pues yo ya tengo bastante con venir los lunes a trabajar para que encima la susodicha haya ido el sábado a pasar la ITV (con el Audi al que la semana pasada le puso unos neumáticos especiales para nieve, de esos que no hacen falta poner cadenas, que le costaron 500 eurazos, tía, así que ya pueden ser buenos porque la puta pajjjjta que me ha cojjjjtado ejjjj que bla bla rebla…). Pues en medio de tan largo como innecesario discurso, va y suelta la joya de hoy: “los tíos esos estaban más pendientes de mirarme el culo que los neumáticos, tía”. Compadecería yo al técnico de ITV que necesite semejantes vistas para alegrarse el sábado, porque entre ese culo y un neumático yo tendría muy clara mi opción. Estaría incluso dispuesto a tener firestonitos con él, redonditos todos y con dibujitos anti-aquaplanning. Pero no, sé que los técnicos de ITV no son estrábicos. Lo que pasa es que esta chica aún no ha superado la muerte del Duque, del que tuvimos un amplio monográfico la semana pasada, y necesita autoengañarse para no caer en la depresión post-serie-mala-de-TV-que-acaba-como-yo-no-quería.

Odio los lunes.

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