jueves, 11 de diciembre de 2008

Si no fuera por estos ratos...

Hay veces que, sin quererlo, se tropieza uno con esos ratos que no cambiaría por nada y que, en el fondo, son los que dan sentido a todo lo demás. El domingo, sin ir más lejos, yo tenía mi día totalmente planificado. Gracias a mis compañeras de piso, que se encargan la mayor parte del tiempo de dar al traste con todos mis planes (con dispares resultados), no pude ver "El Padrino III". Sin saber cómo, me encontré a las 10 de la noche en el sofá, comiendo aceitunas, doritos, lomo y toda clase de aperitivos, regado todo ello con un estupendo vinho do Porto y viendo en el DVD "Life aquatic". Nunca había oído hablar de semejante película y me tropecé con una joya que pasará a engrosar mi lista de preciados tesoros. Me divertí y me hizo soñar (a medias con el vino, todo sea dicho), cosas que, por sencillas que parezcan, muy pocas películas consiguen. Un gran reparto encabezado por un Bill Murray que en los 80 jamás pensé que pasara de las sobremesas como "Cazafantasmas" y que, 25 años más tarde, lleva camino de tener una de las filmografías más admirables que recuerdo (con la sensación, además, de haber interpretado siempre el mismo personaje, lo cual se me antoja dificilísimo).

Lo dicho, poneos un pincheo, un buen vino y "Life aquatic". Y a la mierda los planes.

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