lunes, 29 de enero de 2007

No me chilles, que no te veo

Este fin de semana paré a tomar un café en un conocido local de tapas de la calle Fuencarral, en Madrid... (coño, qué ganas con eso del anonimato perpetuo, como si fuese alguien a descubrir algo: Los 100 Montaditos, se llama el garito). Está muy bien, me gusta y suele ser rápido cuando no está petado de gente. Pero ayer me fijé en un detalle que en otras ocasiones había pasado por alto y que hizo que mi cerebro entrase en uno de esos bucles neuronales que acaban en un terrible dolor de cabeza. En la barra, a la altura de la caja, había un cartel, perfectamente enmarcado y visible, que rezaba: "Disponemos de cartas en braille".

Me quedé bizco pensando que... uy, perdón, tengo que dejarles, me llama por teléfono mi amigo el mudo.

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