viernes, 24 de marzo de 2006

Trayectorias vitales

Guillermo y Nacho eran compañeros de colegio. Guillermo siempre se aprendía las lecciones y sacaba buenas notas. En el recreo jugaba al fútbol medianamente bien. Nacho le tiraba tizas a los compañeros en los cambios de clase, les daba rodillazos en el muslo y pasaba los recreos riéndose de lo mal que jugaba Guillermo al fútbol.

A los 34 años, Guillermo trabajaba en una empresa de importación de madera finlandesa. Tenía mujer y dos niños pequeños. Seguía jugando al fútbol siempre que podía y procuraba hacer al menos un viaje al año con la familia. Nacho se compró un Golf.

(Nota para C., T. y M.: tranquilos, no va por vosotros)

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