jueves, 27 de octubre de 2005

Tiempos muertos

Decía el Popeye, el inseparable amigo de Makinavaja, que "el filosofá es pa cuando no hay hambre". Ahí añadiría yo que también es para cuando hay hambre pero no puedes comer porque llevas una hora y media dando vueltas por el transporte público de Madrid. Y cuando se pierden un mínimo de tres horas diarias da tiempo más que de sobra a pensar. La contribución de Madrid a la filosofía contemporánea está fuera de toda duda.

Hoy, metido en el autobús 114, atascado a la altura de Arturo Soria, surgió la reflexión del día:
¿El ejército español fabrica chándals para vestir al gremio de la construcción? Pregunto...

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